INSTITUTO ARJUNA

jueves, 13 de enero de 2011

REGALOS QUE ME DA LA VIDA

NUEVA ENTRADA

COMO SIEMPRE CUANDO MÁS LO NECESITO, APARECEN REGALOS OPORTUNOS Y DIVINOS.

MI HIJO EDUARDO ME REGALÓ UNA RADIO VIEJA CON DIAL LEGIBLE DONDE SE PUEDEN VER LOS NÚMEROS A SIMPLE VISTA, POR FÍN PUEDO ESCUCHAR RADIO NACIONAL Y ENCONTRÉ QUE A LA HORA DEL MEDIODÍA LEEN CUENTOS SENSIBLES Y PROFUNDOS.


AQUÍ LOS REPRODUZCO, PARA COMPARTIRLO CON TODOS USTEDES

El Regalo
[Cuento. Texto completo]

Rabindranath Tagore

Quiero hacerte un regalo, hijo mío, pues la vida nos arrastra a la deriva.

El destino nos separará, y nuestro amor será olvidado.

Ya sé que sería demasiada ingenuidad creer que puedo comprar tu corazón con mis regalos.

Tu vida es aún joven, tu camino largo. Bebes de un sorbo la ternura que te ofrecemos, luego te vuelves y te vas de nuestro lado.

Tienes tus juegos y tus compañeros, y comprendo que no nos dediques ni tu tiempo ni tus pensamientos.

Pero a nosotros la vejez nos da ocasión de recordar los días pasados, de reencontrar en nuestro corazón lo que nuestras manos perdieron para siempre.

El río corre rápidamente y rompe, cantando, todos los obstáculos que se le presentan. Pero la montaña inmóvil lo ve pasar con amor y guarda su recuerdo.

FIN


El país de las hadas
[Cuento. Texto completo]

Rabindranath Tagore

Si alguien descubriera dónde está el palacio de mi rey, el palacio se desvanecería en el aire.

Sus muros son de plata y su techo de oro resplandeciente.

La reina vive en un edificio de siete patios y ostenta una joya que ha costado siete reinos.

Pero escúchame, madre, voy a decirte al oído dónde está el palacio de mi rey.

Está en un rincón de nuestra azotea, allí donde florece la albahaca.

La princesa duerme, tendida en la lejana orilla de los siete mares infranqueables.

Soy el único en el mundo que puede encontrarla.

Sus brazos están cubiertos de brazaletes y de sus orejas penden largas perlerías. Su cabellera ondula hasta el suelo.

Cuando la toque con mi varita mágica, despertará, y si sonríe las más bellas joyas caerán de sus labios.

¿Quieres, madrecita, que te lo diga al oído? La princesa está en un rincón de nuestra azotea, allí donde está la maceta de la albahaca.

Cuando llegue la hora de tu baño, antes de ir al río sube a la azotea.

Me encontrarás sentado en el rincón donde se juntan las sombras de las dos paredes.

Sólo la gatita tiene permiso para estar conmigo, pues ella sabe dónde vive el barbero del cuento.

Madrecita, ¿quieres que te diga al oído dónde vive el barbero? En el rincón de la azotea donde está la maceta de la albahaca.

FIN


La flor de champa
[Cuento. Texto completo]

Rabindranath Tagore

Si por divertirme me convirtiera en una flor de champa... Si creciera allí arriba, en una rama de este árbol, y sacudido por el viento sintiera deseos de reír y bailara entre las hojas tiernas ¿me reconocerías, madrecita? Me llamarías:

-Niño, ¿dónde estás?

Y yo reiría en silencio sin moverme.

Entreabriría mis pétalos y te espiaría mientras trabajas.

Después de tu baño, con los cabellos todavía mojados, desparramados sobre tus hombros, cruzarías bajo la sombra del champa para ir al pequeño patio donde dices tus oraciones, y allí sentirías el aroma de la flor, pero no sabrías que sale de mí.

Después de la comida del mediodía, cuando te sentarías a la ventana a leer el Ramayana y la sombra del árbol caería sobre tus cabellos y tu regazo, yo proyectaría mi minúscula silueta de flor sobre la página del libro, exactamente en el lugar en que estuvieses leyendo.

Pero, ¿adivinarías tú que es la pequeña sombra de tu hijito? Al anochecer, cuando fueras al establo de las vacas con la lámpara encendida, yo me dejaría caer de pronto al suelo, y convertido otra vez en tu niño, te pediría que me contaras un cuento.

Y eso sería lo que nos diríamos:

-¿Dónde te has metido, pillín?

-Es un secreto, madre.

FIN